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La tradición de una familia

Familia Bodegas Luque

Familia Luque

BODEGAS LUQUE fue fundada en 1.920 por D. José Luque Campos, padre de los actuales propietarios, con el nombre de Bodegas Luque Campos. Se inició en el negocio del vino con la compra de pequeñas partidas de botas de roble americano, las que rellenó con los vinos de la zona, de gran calidad y finura.

La dedicación y el amor que José Luque tenía al vino, hizo que los caldos que se criaban en su bodega, fuesen cogiendo prestigio y fama, en primer lugar en Doña Mencía, posteriormente en los pueblos cercanos y por último en las principales capitales y pueblos de España. De esta época tenemos marcas tan conocidas como el Amargoso, el Néctar Luque o el Fino Los Luques.

La gran aceptación de los vinos de Bodegas Luque Campos, hizo que tanto las instalaciones como el número de botas de crianza se quedaran pequeñas, por lo que la bodega, situada en la calle de Las Higueras tuvo que pasar, en la década de los 70, a la ubicación actual en la calle de La Molinera.

Son los hijos de D. José Luque (José, Rafael, Manolo y Jesús), los que se hacen cargo de la bodega una vez que fallece este en 1.975. Con gran esfuerzo y capacidad de trabajo, como siempre, modernizan las instalaciones, amplían el número de botas de crianza, la maquinaria de vendimia, de tratamiento, envasado tanto en botellas como en bag in box, etc.

El trasiego de nuestros vinos

En la actualidad se cuenta con una bodega moderna en la forma de trabajo y a la vez con una bodega tradicional en la forma de entender la crianza de los vinos. Para dar esa calidad y finura tan buscada en los vinos de hoy y lo que es más importante, mantenerla en el tiempo, Bodegas Luque cuenta con aproximadamente 4.000 botas de roble americano para la crianza de sus vinos.

Estas botas se encuentran repartidas en varias naves de crianza: la del “Sótano”, la “Antigua Nave de Conos”, la del ”Molino”, la del “Tenis”, la del “Avión”. Se llaman así bien por lo que fueron hace muchos años (nave de conos, molino de aceite), por lo que semejaban (avión), por lo que en realidad son (sótano) o por el uso que tenía antes de que hubiese madera en ellas (tenis).

La mayoría de las botas de la bodega, están dedicadas a la crianza de un vino tan emblemático como es el Fino el Pato Especial P.N., ya que para darle la calidad, finura y características propias, se necesita, en primer lugar, partir de mostos seleccionados en las vendimias, y de pases sucesivos de ese vino todavía joven por las distintas criaderas.
De esta forma y dejando pasar el tiempo necesario en cada una de estas, el vino llega a la solera, donde ha adquirido sus características peculiares, estando ya preparado para su envasado, sin filtrado ni clarificado previo. Esto es lo que hace del Fino El Pato Especial P.N. un vino muy fino, suave, sensible, aromático y agradable a los paladares más exigentes.